miércoles, 11 de octubre de 2017

DE TONTOS Y LOCOS



Muchas veces la historia cambia por brevedades.
Los pocos o muchos  tiempos de construcción, tratando, mal o bien,  de hacer de este mundo una residencia mas acogedora para mas gentes, los echa a perder  un loco o un tonto.
Claro que los locos o los tontos nunca están solos. Los acompañan y los apañan las religiones, los nacionalismos, los resentimientos  y el deseo de muchos de reencontrarse con un papá o de volver al útero de una mamá.
Los locos son desambientados que promueven con empeño estos vendavales. Y los idiotas están en el lugar justo cuando sopla el viento. Todos vendedores de precipicios para suicidas.
Y la historia siempre se repite. Será en círculos concéntricos como decía Benedetto Croce. Pero se repite.
Hoy, en Europa, una obra de orfebrería montada sobre toneladas de cadáveres, un tonto – mírenle bien la cara – acompañado por nacionalistas y cabrones, quiere hacer estallar España. Sin ver que siempre hay polvorines que no se ven, pero invariablemente  están listos para explotar  a medida que corra el fuego por la mecha que conforman los locos y los tontos.
Y otro tonto y otro loco juegan con  su play station a tirar misiles atómicos e insensateces.
Es mi parecer que estos miedos siempre nos acompañarán. Porque siempre habrá religiones, nacionalismos y resentimientos. Y locos e idiotas y gentes que los apañen.
Claro que últimamente parecen haberse amontonado.


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