sábado, 19 de enero de 2019

NO SE SI ES CIERTO. PERO NO DEJA DE SER MAGNÍFICO.


Cuando Einstein daba alguna conferencia en las numerosas universidades de USA, la pregunta recurrente que le hacían los estudiantes era:
-¿Cree Ud. en Dios?
Y él siempre respondía:
-Creo en el Dios de Spinoza.
El que no había leído a Spinoza se quedaba en las mismas…
Espero que esta joyita de la historia, les sirva tanto como a mí:
Baruch de Spinoza fue un filósofo Holandés considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés Descartes.
Aquí algo de él.
Este es el Dios o naturaleza de Spinoza:
Dios hubiera dicho:
¡Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho!
Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.
Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.
¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, oscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa!
Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.
¡Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo!
El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer.
Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito...
¡No me encontrarás en ningún libro!
Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo?
Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.
Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice... yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias... de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad?
¿Qué clase de dios puede hacer eso?
Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que solo crean culpa en ti.
Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.
Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.
Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.
Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.
No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.
Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó? ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?...
Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.
Deja de alabarme, ¿qué clase de Dios ególatra crees que soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?... ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.
Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí.
Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas.
¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?
No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro... ahí estoy, latiendo en ti.
Spinoza.

sábado, 29 de diciembre de 2018

LA CROQUETERA


La nueva novela de intrigas y sortilegios de Alejandro Marin

La paciente de una psicóloga es asesinada. Y nuestros amigos; Jordi Gonorria, economista, cocinero y diletante ejemplar y Quito Verdudo, respetado comisario retirado de la policía federal, son convocados para esclarecer las claves de esta muerte.
Para ello deben inmiscuirse en el mundo de los dedicados a encontrar las mochilas ocultas de las gentes y las misteriosas causas de sus sortilegios. O de sus locuras, si usted es aficionado a definiciones tan redondas como convencionales.
Vaya camino escabroso a recorrer. Entre los tantos que creen haber encontrado la realidad y los muchos que creen haberla extraviado. Y los muchos más que no saben si la encontraron o la extraviaron. O siquiera si existe.
Camino que caminan con los amigos de siempre y otros que se incorporan a la andanza. Personajes reales y personajes imaginados que se vuelven tangibles.
Que nos lleva a encontrarnos con misterios irresueltos de la historia policial. Misterios que en su momento despertaron el interés mórbido de la opinión pública.
Todo muy chalado e intrincado. Pero entre tanto cerebro aturullado, queda espacio para dejarse sorprender por historias de la vida, que han recorrido la literatura, el cine, las cocinas, las camas y hasta las charlas de café.
Acompáñenos a callejear este mundo tan incierto y tan acojonante. Pero también muy entretenido.  A condición que se anime a ver la realidad a su aire. Sin miedos.
Confiando en Oscar Wilde. Quien sostenía que  los locos a veces se curan, los imbéciles nunca.






viernes, 14 de diciembre de 2018

PREGUNTA


Por su intervención, que no se cual fue, en el episodio de la cirugía cerebral – o en la cabeza, para ser más descriptivo– practicada a la ex presidenta Cristina Fernández, apareció a la consideración publica un señor llamado Facundo Manes.
A partir de ese episodio, este señor se convirtió en uno de esos “intelectuales superstar”, que unen el rigor académico con una popularidad “mainstream”, normalmente reservada solo para estrellas del pop.
Convocado por todo los programas de televisión, sus pareceres son escuchados sin reparos ni ánimos replicadores por los sesudos periodistas que componen nuestro parque de comunicadores, charlatanes y afines. Y por los invitados a dichos programas, que se deleitan con tan sabias explicaciones acerca de algo. Que no se bien de que se trata, pero reconozco que está muy bien pero muy bien como las dice.
Mi pregunta es: alguien escuchó alguna vez a esta estrella de la banalidad decir algo inteligente o al menos interesante o novedoso.
Yo no. Por eso pregunto. Y por eso me llama la atención tanto entusiasmo alrededor de este muchacho.

sábado, 8 de diciembre de 2018

SE JUNTARON LOS MUCHACHOS ( Y MUCHACHAS)



La reunión del denominado G-20 en la ciudad de Buenos Aires deja muchos aspectos interesantes para desmenuzar. Pero quiero referirme a aquellos que no se han abordado o se lo ha hecho con escasa entidad.
Por ejemplo, me llamó la atención la mirada puesta en el carácter diverso y federal de nuestro país. Algo novedoso por cierto, en un país federal en los papeles y unitario en las formas de la realidad.
Lo mostró principalmente el espectáculo brindado en el teatro Colón. Convocando artistas de diferentes regiones para que ofrezcan sus músicas y sus historias.
Y en la cantidad de reuniones preparatorias celebradas durante el año en diversas ciudades de provincias.
Pero esto no fue todo. Por ejemplo, a uno de los visitantes más connotados,  Xí Jìnpíng, lo recibió el gobernador de Jujuy. Dato que no recibió mayor comentario en la prensa.
Otro aspecto que recibió poca atención fue la firma en Buenos Aires, y en ocasión de la reunión del G-20, del nuevo acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, relación que ocasionó tantos malos ratos entre los tres países en los últimos tiempos. Por cierto que este hecho fue destacado como corresponde por la prensa extranjera.
Pero hay otro tema al que quiero referirme. Que es la deplorable cobertura periodística del evento. Que dejó al descubierto  la pobrísima calidad intelectual y la falta de modales de, yo diría, casi el grueso del periodismo local.  Del triste nivel cultural y el incomprensible desparpajo con que alguno de ellos se atreve a hablar en público. Usando palabras de Jorge Asís, algunos con una precariedad conmovedora.
Y no estoy refiriéndome a casos extremosos, como determinadas emisoras de televisión donde algunos cachivaches se solazan en sus majaderías y mala baba. Como una locutora, seguramente afectada de idiotez, regodeándose con las incalificables placas que mostraba.
Para no hablar de la chabacanería, el mal gusto, el humor barato, la procacidad del lenguaje, la extrema ordinariez que exudan.
Sin embargo, dentro de este panorama desolador, pude apreciar la grata sorpresa que está resultando el canal público de televisión, haciendo un periodismo serio,  riguroso y equilibrado.
Y para los que descreen de la utilidad de estos summits, como se les suele llamar, vayan dos reflexiones.
Si todos los países importantes están contestes en realizarlos, cabe creer que alguna razón tendrán sobre su utilidad. Si Angela Merkel decidió venir en avión de línea y solo por un día, pareciera que consideró necesario estar presente.
Por cierto con cada quien barriendo para casa, como corresponde. Pero conversando amigablemente mientras barren, lo que no es poco.
Porque en una época en la cual el multilateralismo parece tambalear, no se debería perder de vista el alcance que tiene el que los máximos responsables de naciones de los cinco continentes, incluido el representante de la Unión Europea, el experimento de integración más exitoso de la historia, crucen el mundo y dediquen dos jornadas a hablar de los asuntos que afectan al presente y futuro planeta.
Queda el buen espíritu que reinó, la calidez que le supo dar el presidente  y su esposa. Y los ciudadanos de a pié, aplaudiendo a la canciller Merkel a la salida de un restaurante y hasta a Trump cuando se retiraba de su palco en el teatro Colón.
Y todas estas manifestaciones cuentan, porque encienden un  sentimiento de participación afectiva que permite limar asperezas y fomentar el diálogo amigable.  Las formas, como alguna vez señaló  T. S. Eliot, son la continuidad de la cultura.
Una última palabra para los que descreen absolutamente de toda esta realidad. Que supieron expresar sus pareceres y descreimientos civilizadamente.



lunes, 22 de octubre de 2018

DE PAMPITAS Y SARLOS


Vuelta a vuelta aparecen en escena ciertos personajes que uno no sabe porqué tienen tanta trascendencia en los medios de comunicación.
Un caso emblemático es el de la tal Pampita Ardoihian o algo parecido, que resulta casi imposible saber de qué va. Si actúa, canta o que. O lo suyo es solo mostrar el culo.
La chica es relativamente linda. Tampoco un bombón despampanante. Pero el hecho es que todos los días algo leemos sobre ella. Con quien está de novia, con quien se acuesta, si prefiere a un futbolista o a un jugador de bochas y demás etcéteras.
Y otro también notable es el de la señora Sarlo. Por cierto que esta dama si tiene sus incumbencias, habiendo transitado universidades destacadas y recibido galardones importantes.
Claro que los galardones que le han resultado esquivos son los de la prudencia, la modestia y los miramientos hacia los demás. Y presumiendo de su sabiduría infinita, pontifica sobre lo que le echen con gesto de oler caca.
Ahora ha escrito un artículo sobre el fenómeno Bolsonaro, donde comienza explicando la importancia que han tenido en el resultado las iglesias evangélicas, la pentecostal concretamente, y termina con un guiso de dificultosa digestión.
“Se acha” diría un brasilero.
Y que me lleva a una mirada más cuidadosa de un fenómeno que, con sus más y con sus menos, parece estar repicándose. Primero civilizadamente en Europa, más rústicamente en Estados Unidos y parece que en forma ya primitiva en Brasil.
Y resulta prudente comenzar a preguntarse que está pasando antes de plantar conclusiones como acostumbramos. Dándole la razón al gran Bukowski, quien afirmó que las personas inteligentes están llenas de dudas mientras que las presuntuosas (estúpidas en original)
están llenas de confianza.
Porque parecería que algo está pasando,  sin tampoco descartar los acasos, claro. Así que, en defensa propia,  urge encontrar respuestas para que estos soponcios reiterados queden como fenómenos transitorios en el devenir de los tiempos. Y no nos llevan puestos. Y tiren abajo tanto esfuerzo realizado para parecer más civilizados. Para parecer al menos.
Claro que las causas no aparentan uniformes. Porque en Europa, el lugar más cultivado, el que ha librado la batalla más exitosa contra esa enfermedad autoinmune que es el nacionalismo, estos personajes con afición por patear el tablero son seguramente recaídas de la dolencia chauvinista. Tal vez fomentada por el fenómeno inmigratoria que está cambiando el clivaje identitario (que tal?) de la Unión Europea. Y porque finalmente las gentes se aburren de todo. Hasta de lo bueno. Por eso salen de sus casas a hacer desaguisados.
En Estados Unidos el amigo Trump parecería ser el resultado de la lucha entre las costas, sofisticadas y mundanas, y el primitivismo muchas veces cargado de violencias e insatisfacciones de la “América profunda”.
Yo, modestamente,  tengo mi pregunta.
Que se ha hecho de las reconfortantes izquierdas?  
Hablo de izquierdas civilizadas, claro. Donde uno se siente más cómodo. Porque parece que esa mirada humanista que las caracterizaba y esa fuerza moral que las apadrinaba se ha convertido, por lo menos en Argentina, en un accionar sin derrotero y sin destino.
Que son hoy las izquierdas? Hablo siempre de las que tiraron ideas y no tiros.
Aunque siempre fueron poco en la Argentina porque el nacional socialismo peronista le supo robar sus banderas. Con frases del jefe que vale la pena traer al hoy porque harían ruborizar hasta al malo de Bolsonaro.
“ Al amigo todo, al enemigo ni justicia”, "El día que se lancen a colgar, yo estaré del lado de los que cuelgan", "Con un fusil o con un cuchillo, a matar al que se  encuentre", "Levantaremos horcas en todo el país para colgar a los opositores", "Vamos a salir a la calle de una sola vez para que no vuelvan nunca más ni los hijos de ellos", "Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de ellos". 
Y otras linduras, claro. O sea que ya tuvimos nuestro Bolsonaro (con perdón de Bolsonaro). Y lo siguieron votando. A él y hoy a su cría. Y miren ustedes como estamos.
Así que es todo un tema.
El problema es que las izquierdas ya no son más las que supieron plantar bandera contra los poderosos para romper sus privilegios. Hoy solo rompen lo que encuentran a su paso.
Las izquierdas no son más las que enfrentan a las mafias. Hoy son sus cómplices.
Las izquierdas ya no son abanderadas de la decencia. Son secuaces de las putadas.
Las izquierdas ya no ayudan a los que quieren trabajar. Hoy protegen a los vagos y a los bribones.
Las izquierdas ya no cuestionan  las hipocresías religiosas. Hoy son aliados de los bergoglios.
Las izquierdas ya no nos quieren mostrar una economía solidaria. Hoy solo se oponen a toda medida que apunte a desmontar prebendas.
Las izquierdas ya no quieren ayudar a las gentes acercándola al conocimiento. Hoy son aliados de los gremios que han secuestrado la educación.
Las izquierdas ya no quieren rescatar a las mujeres del cerril tutelaje de las sociedades machistas. Hoy solo usan estas banderas para escandalizar, agredir e insultar.
Las izquierdas ya no quieren defender la ley para que todos estemos arropados por los mismos derechos, sino torcerla para beneficio de políticos amigos y corruptos. Si  hasta otro sociólogo, abonado a las rotundas palabras diarias, manifestó en estos días que la “pura legalidad” puede ser nefasta.
Las izquierdas ya no quieren proteger a todos, Hoy prefiere proteger a los maleantes.
Las izquierdas ya no saben cómo gobernar. Hoy son solo un conjunto de incompetentes que hasta se los llevan puestos los narcotraficantes. Santa Fe por caso. 
La pregunta que me queda es: que falta para que aparezca un Bolsonaro y la gente lo apoye?
Sería bueno que los “comunicadores” les pregunten que les parece a las Pampitas y a las Sarlos y a toda la fauna que suelen promover por televisión.

lunes, 3 de septiembre de 2018

QUE PASA EN ARGENTINA?


Día tras día, entendidos, analfabetos, periodistas ágrafos y  cualquier tarugo con twiter, nos profetizan sobre lo que va a ocurrir con la cotización del dólar y con la suerte de la economía argentina. Sobre cuando va a terminar esta inestabilidad que parece no tener fin.
Claro que la inestabilidad económica de la Argentina tiene una explicación bastante sencilla. O varias explicaciones elementales.
Por de pronto nuestra economía, en términos relativos, es muy pequeña. Y no produce la cantidad de dólares necesarios para pagar lo que gasta. No teniendo un mercado de capitales, tiene que recurrir a inversores y financistas extranjeros para cubrir la brecha. Por lo que el déficit de cuenta corriente siempre es fenomenal. Todo producido por un gasto público que excede lo razonable para un país de sus dimensiones.
Tratándose entonces de un país marginal, mientras la economía mundial esté calma y la tasa de referencia americana baja, el mercado le juega algunas fichas para completar una cartera y obtener ganancias especulativas. Eso les permite agregar a los que manejan el dinero una pequeña alegría para sus clientes y también para sus familias al cobrar el bono de navidad.
Y es tan marginal esta inversión que hasta le tienen bastante paciencia a la Argentina, sabiendo, reitero, que solo se trata de una ficha.
Pero cualquier vientecillo los lleva  a salir rápidamente y retirar sus dineros.
Por qué?
Por varias razones. Primero por la mala prensa que tiene el país, causado por el desastre de décadas de su economía y su record de incumplimientos.
En este sentido, parece que en una lista de 200 países, el  Congo encabezaba el ranking de los que más tiempo habían sufrido recesión; la Argentina ocupaba el segundo lugar, seguido por Irak, Siria y Zambia. Y en   otros cuadros del desempeño económico mundial, los argentinos aparecíamos una y otra vez dentro de los renglones más calamitosos. Como nuestro record inflacionario.
No me consta que estas estadísticas sean exactas, pero que ya existan resulta suficiente para acojonar al más arriesgado.
 Segundo la pobre realidad de su economía, sustentada en la producción de commodities. Al punto que una sequía o una inundación nos priva de los dólares indispensables para parar la olla. Nada varió desde que mi abuela sentenciaba que a la Argentina la salvaban una o dos buenas cosechas. La falta de una industria exportadora. Y la falta de inversores genuinos en un país dominado por gremios atávicos, por impuestos y gabelas desmesuradas para un país que necesita atraer inversiones, por políticos insaciables, por vagos buscando algún curro o algún conchabo y por listos siempre dispuesto a vivir de lo ajeno. Tercero sería el pobre nivel educativo, que se manifiesta en la falta de trabajadores preparados no ya para el siglo XXI sino para el siglo pasado. Cuarto es la pobreza intelectual e indecencia de su clase dirigente. Porque  cuando durante diez años la soja pasó a valer 600 dolares y el petróleo 150, no solo no mejoraron la educación y la infraestructura sino que se robaron todo, dejando al país peor que antes.
Para entender la estructura de la economía argentina basta ver los kioscos
Dos ejemplos al pasar. Ejemplos que no tuve que escudriñar para encontrarlos. Porque hay uno en cada esquina.
Transferir un automóvil cuesta el 7% de su valor. Si. Escuchó bien. Un trámite que, en Estados Unidos, por caso, se realiza mediante un telegrama.
Y naturalmente que cuando el presidente Macri o alguien de su administración planteó la necesidad de eliminar el sistema de Registros del Automotor, sistema que funciona como una prebenda para distribuir entre los políticos, el periodismo y  los acostumbrados cantamañanas pusieron el grito en el cielo. Es que van a dejar en la calle a 6.400 personas!!
Claro, de eso se trata. Porque estos posibles cesantes y el Estado naturalmente, se llevan  una cifra equivalente, más o menos, claro, a la utilidad de las empresas fabricantes de vehículos. Escuchó bien?
Que mi cómputo es exagerado? Que va. Podrá ser algo inexacto, pero para nada exagerado.
Otro ejemplo que queda a la mano es el de los abogados. De los que egresan de la facultad alrededor de diecinueve mil por año. A costa de los contribuyentes. No voy a contar que en el mismo periodo parece que egresan algo así como diecisiete ingenieros hidráulicos y veintiocho ingenieros en petróleo. Ingeniero más, ingeniero menos.
Claro, como todos los abogados no pueden comer del mismo plato, tuvieron la célebre ley de aranceles para que los ciudadanos de a pie les aseguraran el tentempié. Ley eliminada durante los años noventa.
Pero oh! sorpresa. Ahora han logrado la aprobación de la legislatura de la ciudad de Buenos Aires de una ley que les permita volver a sacralizar como de “orden público” su arancel de honorarios
O sea que de nuevo a la calle a embocar viandantes inadvertidos.
Por eso la aparición de un gobierno como el actual que quiere revertir la situación solo merece una palmada en la espalda, porque cualquiera que conozca la Argentina, aunque sea por referencias, sabe que, seguramente más temprano que tarde, después de este gobierno vendrá nuevamente el peronismo, aunque sea representado por un peronista decente, ese animal imaginario.
Así que a convivir con lo que hay. Y no andar preguntando más cuando termina esta inestabilidad económica. Porque lo más probable es que no termine nunca.
Y al que no le gusta, que se vaya a “zurcir el orto”, en el léxico académico de una ex presidenta. Porque estamos “como el orto”, según educada afirmación de otro ex presidente del mismo palo.
Como señala Alejandro Borenstein, un destacado columnista, se ve que el peronismo está atravesando lo que en psicoanálisis se denomina “fase anal”. Se da en los niños entre dos y tres años. pero parece que a estos les agarró de grandes.
Y quieren volver por más.

miércoles, 15 de agosto de 2018

LA MARQUESA DE LAS BRAGAS ROJA



Otra novela de intrigas y realidades de Alejandro Marin disponible en KINDLE AMAZON.

El asesinato de un español de solera ocurrido en Cádiz, convoca a nuestro amigo Jordi Gonorria, ocasionalmente en España como profesor visitante en la universidad Carlos III de Madrid. Economista aficionado a la buena mesa y a los buenos tragos. Y al gusto por explicar lo que parece inexplicable.
Para poner en claro el disgusto, recorre la genealogía del difunto, desde  antiguos avatares de la historia de España y de las monarquías hasta la trágica guerra civil. También sus correrías por Cuba, que termina en una mirada sobre la Cuba de nuestros días. Esperando encontrar en las circunstancias del ayer las explicaciones del hoy.  
Indaga sobre su participación en recientes y conocidos descalabros financieros y en sus muy particulares relaciones familiares. Y hasta en las sorpresas que puede dejar una partida de bridge.
En pos de esta búsqueda, nos lleva por España acompañado por los amigos de siempre y por los que se van incorporando en la travesía. Desde personajes literarios hasta figuras que se vuelven entrañables.
Esta narración es también un homenaje a los verdaderos libreros que, con su profesión, fomentan nuestra afición. Y con su erudición nos ayudan a buscar y encontrar esos duendes generosos que guardan las letras de los libros. Por estos días acorralados por las regalerías con pretensión de librerías y por los artefactos tecnológicos que arrima la modernidad.
Una narración plena en misterios, fantasías, alegrías y angustias. Como siempre resulta la vida para quienes se animan a plantarle cara.