viernes, 11 de noviembre de 2016

EL FENOMENO TRUMP

Como no podía ser de otra manera y aún antes de tener la certeza que don Trump ganaba las elecciones, la "intelligenza" criolla peló la palabra y el lapiz para explicar las razones del resultado.
El "cartel" de programas de televisión abandonó el asesinato en turno y al unísono se dedicó a tratar tema tan incordioso. Desde voluntariosos locutores y locutoras con dificultades para expresarse hasta la runfla de charletas que fatigan la popular "pantalla chica". Como siempre,  con alguna excepción. 
Por ventura, pronto un hecho luctuoso los obligó a abandonar tanto afán. El seleccionado de futbol fue goleado por el representativo de la asociación de pelota brasilero, hecho que merituó la plena dedicación al análisis de la catástrofe. No podía ser de otra manera.
Por eso me resultó un bálsamo leer un artículo escrito por un prudente intelectual, quien se pregunta - interpretación libre - por donde empezamos para estudiar lo ocurrido. 

Su título "El fenómeno Trump", su autor David Gallagher.
Diario El Mercurio viernes 11 de Noviembre de 2016.

El sorpresivo triunfo de Trump detonará infinitos estudios. A solo dos días, lo máximo que uno puede hacer es enumerar algunas áreas que estos deberán cubrir.
Primero, las encuestas. Habrá que estudiar por qué hacen agua en todo el mundo. ¿Será que los encuestadores saben cómo medir preferencias, pero no participación electoral? ¿Han aumentado los votos vergonzantes? ¿La gente quiere opinar sin identificarse, como lo hacen cuando se encapuchan en Twitter? ¿O es más díscola que antes? ¿Más volátil?

Después, cabrá estudiar por qué triunfa una combinación tan inusual de ideas como las de Trump; una parecida a la de los que promovieron Brexit, o a la que albergan ciertos líderes europeos supuestamente de derecha, como Marine Le Pen y Frauke Petry. Digo "supuestamente" porque muchas de estas ideas han sido tradicionalmente de izquierda, y son compartidas por izquierdistas como Bernie Sanders, Jeremy Corbyn o Pablo Iglesias, o por meros populistas como Beppe Grillo. ¿En qué consisten? Rechazo a la globalización. Nacionalismo, nativismo y repudio a la inmigración. Rechazo a las élites y a la "tecnocracia", en parte por su fracaso en prevenir -o siquiera predecir- el derrumbe económico de 2008-9, pero aún más por su racionalidad y realismo, intolerables para quienes quieren que la política se concentre en la expedita satisfacción de sus deseos.

Otro aspecto a estudiar: el triunfo de lo que se ha dado en llamar política pos-factual, o pos-verdad. Parece estar prosperando la teoría de Goebbels de que si se repite y repite una mentira suficientemente grande, la gente la termina creyendo. Esto es en parte consecuencia del rechazo a los tecnócratas y sus verdades limitantes. También de la cacofonía informática que hay en el mundo digital, en que es difícil distinguir lo verdadero. También de la renuncia por parte de los periodistas a ser los filtros racionales que fueron alguna vez. Muchos hoy día le dan igualdad de trato -lo que Paul Krugman llama "falsa equivalencia"- a un político que miente y dice locuras, y a uno que se ciñe a la verdad y a la razón. Incluso al primero lo tratan mejor, porque genera mejor rating . Cabe estudiar la copiosa publicidad que le regalaron los medios a Trump. Es cierto que algunos periódicos serios estaban con Hillary, pero Trump con sus payasadas era más entretenido y por tanto aparecía mucho más. Se calcula que solo en las primarias, la televisión le facilitó dos mil millones de dólares de publicidad gratuita.

A la política pos-factual y pos-racional la acompaña la falta de escrúpulos de todo tipo, y ese otro flagelo que es la judicialización. Trump logró convertir a Clinton -"crooked Hillary"- en sospechosa nada menos que de criminalidad. En eso lo ayudó vergonzosamente James Comey, el director de la FBI. Él la subía y bajaba como si fuera un juguete. Como cuando el 28 de octubre dijo que la estaba investigando de nuevo. Cabrá estudiar si fue coincidencia que dos días antes Rudy Giuliani, mentor de Comey, se jactara de que pronto vendría un notición que definiría la elección.

Cabe decir que Hillary fue mala candidata. Cometió un error en que están cayendo socialdemócratas en todo el mundo. En vez de ser fieles a sus convicciones, se radicalizan para complacer a la extrema izquierda. Es lo que hizo ella para atraer a los votantes de Bernie Sanders.

Nada menos eficaz. Es fatal en política tratar de emular las ideas del adversario. Una lección para los políticos chilenos más serios: la política pos-factual y pos-racional se combate no con intentos de emularla, sino con convicciones profundas ceñidas a la verdad y la razón. Los votantes agradecen una alternativa seria y sincera, si hay una en oferta.

domingo, 6 de noviembre de 2016

UNA SOCIEDAD EN EL BANQUILLO

Cristina y sus cómplices, integrantes ellos de lo que juristas llaman una “asociación ilícita” –es decir, una mafia– que durante años se dedicó a saquear el país, ya están desfilando por Tribunales. ¿Cuántos habrá? Una docena, tal vez más, de emblemáticos que por distintas razones lograron destacarse del montón, personajes como Julio De Vido, Lázaro Báez y José López, a quienes les ha tocado simbolizar la corrupción. ¿Fueron los únicos culpables de lo que sucedió en la Argentina de aquella década ganada? Claro que no, pero sería absurdo pedirle al sistema judicial incluir en la lista de acusados de delitos sumamente graves a los miles de políticos, jueces y otros que, de un modo u otro, colaboraron con los ladrones más notorios, para no hablar de los millones de personas que en privado celebraron sus hazañas, de tal manera que les aseguraban que podrían salirse con la suya.
Todas las sociedades son olvidadizas. Ninguna toma demasiado en serio la idea democrática de que, en última instancia, el pueblo soberano sea responsable de lo hecho en su nombre. Cuando cambia el clima político, la buena gente se siente víctima de un fraude perpetrado por sujetos inescrupulosos que aprovecharon su fe ingenua en la benevolencia de los gobernantes. Es lo que sucedió luego de hundirse la dictadura militar: para la indignación universal, se descubrió de golpe que el régimen había violado sistemáticamente los derechos humanos.
Algo similar, aunque mucho menos truculento, ocurrió al fracasar los proyectos liderados por Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Fernando de la Rúa. Pues bien, ha llegado el turno de Cristina y sus allegados. No cabe duda alguna de que se apropiaron de una cantidad fenomenal de dinero, pero no se trata de una novedad, ya que se hicieron oír las denuncias en torno a la rapacidad de Néstor y su esposa antes de que, por voluntad popular, pudieran hacer de la Casa Rosada su centro operativo, mientras que en los años siguientes ni siquiera intentaron ocultar las maniobras claramente ilegales que los ayudaron a expandir sus negocios.
Para defenderse contra los resueltos a reemplazar los principios éticos de la Argentina de la década ganada por los presuntamente vigentes en el país actual, Cristina se afirma víctima de una campaña “político-mediática”. La verdad es que no se equivoca. Fue gracias a la política, en un sentido muy lato de la palabra, que la cúpula kirchnerista pudo continuar acumulando plata hasta que, por un margen estrecho, el electorado decidiera entregar el gobierno nacional a Mauricio Macri. No es que sus integrantes hayan engañado a la ciudadanía durante más de doce años; no les fue necesario. Para muchos, todos los políticos son corruptos de suerte que a su juicio sería injusto ensañarse con los kirchneristas, mientras que abundan los “luchadores sociales” e intelectuales resentidos que aprobaban su conducta por suponer que incomodaba a los oligarcas y otras alimañas neoliberales. A juzgar por las encuestas de opinión, todavía quedan varios millones de militantes de la corrupción vengativa convencidos de que, por portación de apellido, Macri es mucho peor.
Como no pudo ser de otra manera, Cristina quiere ubicar sus propias tribulaciones en un contexto continental. Las compara con las sufridas por Lula y Dilma en Brasil y, si bien con frecuencia decreciente, las de Nicolás Maduro en Venezuela. Después de su encuentro con el juez Julián Ercolini, dijo que todos “los líderes que pelearon por los más desposeídos” están bajo ataque, pero pasó por alto el que, con escasas excepciones, los protagonistas del ciclo populista que fue posibilitado por el boom de las materias primas o “commodities” hayan sido llamativamente corruptos.
A diferencia de los socialistas de antaño, que sí solían ser personas austeras ajenas a las tentaciones consumistas, sus hipotéticos herederos comparten los gustos y la falta de escrúpulos de sus presuntos enemigos ideológicos. He aquí la razón principal por la que en buena parte del mundo, no sólo en América latina sino también en Europa y Estados Unidos, el izquierdismo tradicional, irremediablemente aburguesado, está batiéndose en retirada. Parecería que, al darse cuenta de que sus objetivos declarados eran inalcanzables, los dirigentes se desmoralizaron por completo.
Tal y como se perfilan las cosas, Cristina, De Vido y compañía terminarán entre rejas. Desgraciadamente para ellos, por ahora cuando menos la inexorable lógica judicial importa más que la política. Por cierto, parece poco probable que en los próximos meses el país experimente la convulsión salvadora con la que sueñan los incondicionales de la ex presidenta. En cuanto al “quilombo” que amenazan con armar los militantes más fogosos si a alguien se le ocurre tocar un pelo de la señora, se ha reducido tanto su poder de convocatoria que, si organizaran protestas, los frutos de sus esfuerzos serían manejables.
Por lo demás, aunque Macri y otros referentes de Cambiemos insisten en que todo está en manos de la Justicia, de suerte que sería inútil pedirles que indultaran a los jefes kirchneristas, tanto ellos como los jueces y fiscales involucrados están midiendo la temperatura de la calle; lo que detectaron el lunes pasado cuando por si acaso blindaron el edificio totémico de Comodoro Py, les habrá persuadido de que el eventual encarcelamiento de Cristina no plantearía peligros excesivos, pero que les sería contraproducente dejarla en libertad a pesar de los cargos contundentes en su contra, ya que muchos lo tomarían por evidencia de su solidaridad para con otros miembros de la corporación política.
En vista de que ya es rutinario que, una vez caído en desgracia un gobierno, dos o tres “emblemáticos” den con los huesos en la cárcel, sería natural sentir cierto pesimismo frente al drama en que Cristina está desempeñando el papel principal. ¿Es el comienzo de un cambio permanente, uno equiparable con el que, gracias al liderazgo del presidente Alfonsín, se produjo en el ámbito de los derechos humanos, o sólo es cuestión de una etapa breve en que todos se comprometen a respetar la ley, después de la cual se reinstaurará la normalidad? Aunque es difícil sentir mucho optimismo, es posible que la escala realmente monumental de la corrupción kirchnerista, combinada con la desfachatez de los protagonistas, haya impresionado tanto a la mayoría que en adelante se niegue a tolerar delitos que antes podrían considerarse consentidos. Si bien nadie sabe con exactitud cuánto fue desviado de las arcas públicas para llenar las bóvedas y cuentas bancarias de la familia y sus amigos de la siempre embrionaria “burguesía nacional”, algunos, empezando con Elisa Carrió, creen que se trataba de miles de millones de dólares contantes y sonantes.
De ser así, el saqueo habrá contribuido mucho a depauperar el país, despojando a lo que aquí hace las veces de un Estado de plata para gastar en hospitales, colegios e infraestructura imprescindible, pero aún más costoso, si cabe, es la influencia perversa de la mentalidad de los corruptos que se sienten obligados a subordinar todo a sus propios negocios. Cuando los jefes máximos se hacen famosos por su codicia, carecerán de la autoridad moral precisa para hacer desistir a los demás. El resultado inevitable es que el Estado, capturado por una corporación política insaciable, se convierte es un inmenso chupasangre que quita la vida al resto de la sociedad. No extraña, pues, que la Argentina no se haya visto del todo beneficiada por una coyuntura internacional favorable comparable con aquella de fines del siglo XIX e inicios del XX que sirvió para enriquecerla. Por el contrario, la perjudicó.
Según Cristina y sus simpatizantes, sus problemas con la Justicia son causados por macristas deseosos de distraer la atención de los “desposeídos” del desastre que, por maldad congénita, se las han ingeniado para provocar. Según los macristas y, desde luego, un sinfín de miembros del “círculo rojo” mundial, las desgracias del país son en buena medida obra de los kirchneristas que lo trataron como una fuente de botín y, en la fase final de su gestión, dejaron a sus sucesor un campo minado que, apostaron, pronto estallaría para que pudieran regresar antes de que cobrara fuerza la prevista ofensiva judicial.
Son dos “relatos” radicalmente distintos. Por haber sido tan rampante la corrupción de los años K, el macrista lleva las de ganar y, aunque sólo fuera por la necesidad de sobrevivir, los partidarios del nuevo orden no tienen más alternativa que la de subrayar la contribución de sus antecesores en el gobierno a la debacle económica. A comienzos de su gestión, Macri y sus asesores querían minimizar la gravedad de la situación heredada por suponer que sería mejor decirles a los inversores en potencia que los problemas no eran tan profundos como era razonable creer, pero desde entonces han cambiado de opinión. Al resistirse a convalidar la estrategia gubernamental, Cristina privó a Macri y sus seguidores de motivos para brindar la sensación de estar dispuestos a ofrecerle la protección oficial que necesitaría para conservar su libertad, lo que a buen seguro ha incidido en el estado de ánimo de aquellos jueces y fiscales que están acostumbrados a dejarse influir por los vientos políticos.


James Neilson
Revista Noticias
6 de noviembre de 2016

sábado, 5 de noviembre de 2016

MI AMIGO BARACK OBAMA COMO EDITOR INVITADO DE WIRED

Soy un tipo que creció mirando Viaje a las estrellas, y mentiría si dijera que esa serie no tuvo al menos alguna pequeña influencia en mi visión del mundo. Lo que me encantaba de ella era su optimismo, la creencia fundamental en su base de que la gente en este planeta, con todos nuestros antecedentes disímiles y nuestras diferencias lisas y llanas, podemos unirnos para construir un mañana mejor.

Todavía creo en eso. Todavía creo en que podemos trabajar juntos para mejorar la suerte de las personas aquí en casa y en todas partes del mundo. Y aun si nos queda por avanzar en materia de viajes a velocidad superlumínica, todavía creo que la ciencia y la tecnología son los conductos de transcurvatura [el sistema de desplazamiento ultraveloz que los Borg descubrieron, en la serie] que aceleran esa clase de intercambio para todos.

He aquí otra cosa en la que creo: estamos mucho mejor capacitados que en cualquier otra época para asumir los desafíos que enfrentamos. Sé que eso podría sonar en contradicción con lo que estos días vemos y escuchamos en la cacofonía de los noticieros de televisión y las redes sociales. Pero la próxima vez que a nos bombardeen con afirmaciones desmesuradas sobre cómo nuestro país está perdido o que el mundo se deshace en pedazos, saquémonos de encima a los cínicos y los que quieren medrar con el miedo. Porque, en verdad, si tuviéramos que elegir cualquier momento del transcurso de la historia humana para vivir, elegiríamos este. Aquí en los Estados Unidos y ahora mismo.

Comencemos por el panorama general. Por donde se lo mire, este país es mejor, y el mundo es mejor, que era hace 50 años, 30 años o inclusive ocho años. Dejemos a un lado los tonos sepia de la década de 1950, cuando las mujeres, las minorías y las personas con discapacitadas quedaban excluidas de partes enormes de la vida nacional. Sólo desde 1983, cuando terminé la universidad, han bajado las tasas de cosas como el delito, el embarazo adolescente y la pobreza. La expectativa de vida ha aumentado. El porcentaje de estadounidenses con educación superior también ha aumentado. Decenas de millones de ciudadanos han obtenido hace poco la seguridad de un seguro de salud. Las personas negras y latinas han ascendido en las jerarquías que lideran nuestro comercio y nuestras comunidades. La cantidad de mujeres en nuestra fuerza de trabajo es mayor; también ganan más dinero. Las fábricas, silenciosas en el pasado, han revivido, y sus líneas de montajes producen en masa los componentes de una era de energía no contaminante.

Y del mismo modo que los Estados Unidos han mejorado, también lo ha hecho el mundo. Más países conocen la democracia. Más niños van a la escuela. Es menor el porcentaje de seres humanos que sufren hambre crónica o viven en la pobreza extrema. En casi dos docenas de países —incluido el nuestro— hoy las personas tienen la libertad de casarse con quien amen. Y el año pasado las naciones del mundo se unieron y forjaron el acuerdo más amplio en la historia de la humanidad para combatir el cambio climático.

Esta clase de progreso no ha sucedido por sí solo. Sucedió porque la gente se organizó y votó por perspectivas mejores; porque los líderes pusieron en práctica políticas inteligentes y con visión de futuro; porque los enfoques de los pueblos se ampliaron, y con ellos las sociedades también lo hicieron. Pero este progreso también sucedió porque le pudimos hallar una vuelta científica a nuestros desafíos. La ciencia es el modo en que hemos podido combatir la lluvia ácida y la epidemia del sida. La tecnología es lo que nos permitió comunicarnos de un océano a otro y sentir empatía mutua cuando un muro cayó en Berlín o apareció una personalidad de la televisión.

Esa es una de las razones por las cuales soy tan optimista sobre el futuro: el movimiento constante del progreso científico. Pensemos en los intercambios que hemos visto sólo durante mi presidencia. Cuando asumí, abrí nuevos caminos al dejar de a poco la Blackberry. Hoy leo mis resúmenes informativos en un iPad y exploro los parques nacionales con un casco de realidad virtual. ¿Quién sabe qué clase de cambios esperan a nuestro próximo o próxima presidente y a los que le sigan?

Por eso centré esta edición en la idea de las fronteras: artículos e ideas sobre qué hay detrás del horizonte siguiente, sobre qué se halla al otro lado de los obstáculos que todavía no hemos vencido. Quería indagar en cómo avanzaremos más allá de donde estamos hoy para construir un mundo que sea aun mejor para todos nosotros: como individuos, como comunidades, como país y como planeta.

Porque en verdad, aunque hemos grandes avances, no nos faltan desafíos por delante. Cambio climático. Desigualdad económica. Ciberseguridad. Terrorismo y violencia armada. Cáncer, Mal de Alzheimer y superbacterias resistentes a los antibióticos. Al igual que en el pasado, para superar estos obstáculos vamos a necesitar a todo el mundo: los que diseñan las políticas y los líderes comunitarios, los maestros y los trabajadores y los activistas de base, los presidentes y los inminentes ex presidentes. Y para acelerar ese cambio, necesitamos a la ciencia. Necesitamos a los investigadores y a los académicos y a los ingenieros; a los programadores, los cirujanos y los botánicos. Y, más importante, necesitaremos no sólo a la gente del MIT o de Stanford o del NIH pero también a la mamá de West Virginia que se las arregla con una impresora 3D, a la muchacha que aprende a codificar en el sur de Chicago, al soñador de San Antonio que busca inversores para su nueva aplicación, al papá de North Dakota que aprende nuevos conocimientos para así poder ayudar a liderar la revolución verde.

La cuestión es que hoy necesitamos a grandes pensadores que piensen en grande. Que piensen como cuando mirábamos Viaje a las estrellas o Inspector Gadget. Que piensen como los niños y las niñas que conozco cada año en la Feria de Ciencias de la Casa Blanca. Comenzamos esta actividad en 2010 con una premisa simple: hay que enseñarles a nuestros muchachos y muchachas que no sólo el ganador del Super Bowl merece ser celebrado, sino también el ganador de la feria de ciencias. Y cuando conozco a estos jóvenes, no puedo evitar imaginarme qué podría estar por venir: ¿qué podría pasar en la Feria de Ciencias de la Casa Blanca en cinco o 20 o 50 años? Imagino que un estudiante crea un páncreas artificial allí mismo frente al presidente, una idea que por fin eliminará las listas de espera para órganos críticos. Imagino a unas muchachas descubren un nuevo combustible que se basa únicamente en la luz solar, el agua y el dióxido de carbono; a un adolescente que hace que el voto y el activismo cívico sean tan adictivos como revisar la línea de Twitter; al niño de Idaho que cultiva papas en una parcela de tierra traída de nuestra colonia en Marte.


Esa clase de momentos está más cerca de lo que creemos. Mi esperanza es que estos muchachos y muchachas —quizá algunos de sus hijos e hijas o nietos y nietas— serán inclusive más curiosos y creativos y seguros de lo que nosotros somos hoy. Pero eso está en nuestras manos. Debemos seguir nutriendo la curiosidad de nuestros hijos. Debemos seguir financiando la investigación científica, tecnológica y médica. Y sobre todo, debemos acoger la compulsión, que es la quintaesencia nacional, de buscar nuevos horizontes y forzar los límites de lo posible. Si lo hacemos, confío en que los estadounidenses del mañana podrán mirar lo que hicimos —las enfermedades que vencimos, los problemas sociales que resolvimos, el planeta que cuidamos para ellos— y cuando vean todo eso, les resultará evidente que su tiempo es el mejor para estar vivos. Y entonces comenzarán otra página de nuestro libro y escribirán el siguiente gran capítulo en nuestra historia nacional, incentivados para seguir avanzando hacia donde nadie ha ido antes.

lunes, 26 de septiembre de 2016

LAS MUJERES QUE NO ERAN QUIENES DECIAN SER

Disponible para la compra en  Tienda KINDLE de AMAZON

LAS MUJERES QUE NO ERAN QUIENES DECIAN SER
autor Alejandro Marin

Novela negra rioplatense.
Dos amigos, un economista de profesión y cocinero por afición y un comisario ex jefe  de Delitos Complejos de la Policía Federal, tratan de desentrañar el misterio del caso que les ha caído entre manos.
La historia viaja entre Montevideo y Buenos Aires, a veces separada por el río y otras por un desigual contexto, en donde la margen occidental vive estragada por la mentira, la corrupción y la burda vindicación de la violencia. Y un decidido esfuerzo colectivo por negar la realidad de lo ocurrido, en un pasado cargado de arrebato y animosidad contra quien pensaba distinto.
El relato pinta de cuerpo entero a los personajes centrales que deambulan por los distintos ambientes, que los investigadores tienen que recorrer en la afanosa búsqueda de la verdad.
Escrito en un estilo ameno, donde no están ausentes ni el humor ni la ironía inteligente, el relato le reserva un pequeño lugar a los avatares de la economía argentina y a la descripción de  sabrosas comidas, en casos con sus detalladas historias y recetas. Con la convicción  que el buen comer y beber, además de un sano ejercicio para una mejor calidad de vida, también representa una plataforma desde donde aguzar el ingenio y reflexionar sobre los acontecimientos que ayudan a encontrar los secretos que uno persigue.


domingo, 4 de septiembre de 2016

EL UNICO INFORME PROFESIONAL SOBRE LA EXPLOSIÓN QUE DESTRUYÓ LA EMBAJADA DE ISRAEL

La Corte Suprema -  en una composición anterior - tuvo por probado que el hecho fue causado por la explosión de una carga de pentrita y trinitrotolueno, que había sido acondicionada en la parte posterior derecha del interior de una camioneta estacionada en la puerta de la embajada.
A raíz de las dos o tres pericias de la Policía Federal, de la Gendarmería y de un arquitecto independiente,   contradictorias en varios aspectos, la Corte decidió convocar a la Academia Nacional de Ingeniería para que designe a tres peritos, con el objeto de determinar con la mayor exactitud posible el lugar de la explosión. Así se lo anticipó telefónicamente Moliné OConnor, vicepresidente de la Corte, al ingeniero Antonio Marin,  presidente de la Academia. Cumplidos los pasos formales, el presidente de la Academia, con la aquiescencia de su directiva, se avocó a escoger a los profesionales más idóneos para afrontar la tarea. Había dos que encajaban naturalmente en el requerimiento. Los ingenieros Arturo Bignoli,  a quien podemos calificar como  "el Favaloro de las estructuras" y  Alberto Puppo, experto en la materia y, para más, en explosivos. Encontrar el tercero requirió más ingenio. El ingeniero Rodolfo Danessi, de la universidad de Tucumán.
En este punto voy a ser minucioso en los detalles, arriesgándome a parecer fatigoso, porque es la parte central de esta charla
Así que teníamos a los tres expertos.
Alberto Hugo Puppo.  Ingeniero civil egresado de la Universidad de Buenos Aires,  miembro de número de la Academia Nacional de Ingenieria y director del Instituto de Construcciones y Estructuras y de la Academia de Ingenieria de la Provincia de Buenos Aires.  Director de la Maestría de Ingeniería Estructural de la Escuela de Posgrado de la Universidad Tecnológica Nacional, profesor y decano de la Facultad de Ingenieria de la Universidad de Buenos Aires, investigador  principal de los programas de desarrollo tecnológico en el área del comportamiento estructural de los materiales compuestos en la Whittaker Corporation, Research and Development Division, en San Diego, California. Premio Consagración Ingeniero Camilo Benito Rodríguez de la Academia de la Ingeniería de la Provincia de Buenos Aires.
Arturo Bignoli. Ingeniero civil egresado de la Universidad de Buenos Aires, con diploma de Honor. Académico titular y ex presidente de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Física y Naturales.  Académico titular de la Academia Nacional de Ingeniería y desde 2010 Presidente Honorario. Profesor titular de Estabilidad en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires. Profesor titular de "Resistencia de materiales. 2do.Curso" en la Facultad de Ciencias Fisicomatemáticas de la Universidad de la Plata.  Rector de la Universidad Austral. Premio Buge y Born "Ingeniería" del año 1976. Premio centenario Ing. Enrique Butty del Centro Argentino de Ingenieros, año 1988. Premio “La Ingeniería” del Centro Argentino de Ingenieros, año 1996. En 1985 publica "Introducción al cálculo de la confiabilidad de la estructuras civiles" que mereció el Primer Premio Nacional de Ingeniería en 1986. Introdujo con él el tema en nuestro medio en cursos de postgrado. Member of Editorial International Board of "Engineering Structures" Butterworth-Heinemann”.
Ha dictado clases en las universidades de Bologna, Padua, Roma, de L'Aquila, Cataluña, Venecia, Bristol en Gran Bretaña, Chile, Montevideo, Innsbruck en Austria. Tiene mas de 214 trabajos y publicaciones sobre la materia. Ha trabajado en la ingenieria de detalle en la Central Nuclear Atucha I, Atucha II, en el control de la ingenieria de detalle en el complejo ferrovial Zarate- Brazo Largo y en la ingenieria de detalle del proyecto ejecutivo del Complejo Hidroeléctrico Yacyretá.
Rodolfo Francisco Danessi. Ingeniero en Construcciones egresado de la Universidad Nacional de  Tucumán. Magíster en Ciencias de la Rutgers The State University , Estados Unidos. Doctor en Ingeniería de la University of London, Inglaterra. Profesor titular de Mecánica Estructural en la Universidad Nacional de Tucumán. Académico de número de la Academia Nacional de Ingeniería. Investigador principal del CONICET. Presidente de la Comisión Asesora de Ingeniería y Tecnológica del CONICET. Premio Internacional "Thomas Telfort 1983" , para muchos  un reconocimiento equivalente al premio Nobel en el ámbito de la Ingeniería. Tiene muchísimas publicaciones sobre su materia en revistas especializadas.
Y estos tres profesionales que,  además de saber algo de esto, son personas honorables y sin ningún interés mediático o personal,  cumplieron el cometido encargado por la Corte.
Y establecieron que la explosión se produjo en el interior de la embajada.
El día 15 de mayo de 1997  se hicieron presentes en la Sala de Audiencias de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, los integrantes de dicho cuerpo, con la excepción del Dr. Fayt, ausente por razones de salud,  otras autoridades judiciales, representantes de la parte querellante, así como " los señores peritos de Gendarmería Nacional, segundo comandante perito (R.V.) Osvaldo Laborda, comandante principal de pericias, ingeniero químico Osvaldo Farré, comandante principal de pericias, licenciado en química Mario Alfredo Galia , los señores peritos de la Policía Federal, Comisario Carlos Néstor López, Subcomisario Raúl Arbor y Principal Daniel Roberto Seara, señores peritos ingenieros, ingeniero doctor Rodolfo Danessi , ingeniero civil Alberto Hugo Puppo e ingeniero civil Arturo Bignoli."
Curiosamente, no asistió el experto israelí Yacok Levi, no obstante haber sido invitado y, a pedido de la parte querellante, la audiencia no fue abierta al público.
Los peritos oficiales comenzaron a desgranar sus teorías, contradictorias entre ellas en algunos aspectos, que ya habían sido profusamente difundidas en los medios por las declaraciones de los propios profesionales. No se conocen los antecedentes académicos del comandante Laborda ni de los peritos policiales. Y las incumbencias del ingeniero químico Osvaldo Farré y comandante principal de pericias, licenciado en química Mario Alfredo Galia, son claramente ajenas al tema en cuestión.
Vale la pena leer las actas de esa audiencia para poder apreciar el conocimiento y, por ende, la claridad y contundencia de la pericia de los ingenieros designados por la Academia. Yo solo les voy a leer la respuesta a la pregunta casi final de la Corte: “Trabajaron de manera conjunta? ¿Emplearon los mismos métodos de investigación?”
Respuesta del ingeniero Danessi, que antes había explicado que contó con la colaboración del Laboratorio de Estructuras de la Universidad de Tucumán. En este laboratorio, que es un centro de investigación y postgrado, existe un grupo que trabaja en mecánica computacional, que está integrado por un conjunto de investigadores que no solo son ingenieros civiles sino que, más aún, tienen estudios de postgrado realizados en el país y en el extranjero, con grados académicos de master en ingeniería estructural y doctor en ingeniería. El grupo está encabezado por el doctor Guillermo Etse, que lo acompañaba  en esos momentos.
“Decidimos trabajar de manera independiente, empleando métodos diferentes, cálculos diferentes y realizando estudios diferentes. El ingeniero Bignoli utilizó probabilidades físico-matemáticas, el Ingeniero Puppo mecánica estructural clásica, y nosotros utilizamos la simulación computacional, que en ese entonces fue una primicia en Argentina por lo novedoso, existiendo avances solo en los EEUU e Inglaterra. Este método elegido nos permitió obtener un alto grado de precisión, a tal punto, que pudimos indicar el lugar más probable en el cual estuvo la carga explosiva al momento de detonar. Cabe aclarar que este método y las conclusiones a las cuales nos fue posible arribar por su implementación, nos significaron inclusive reconocimientos desde los EEUU y Francia.
Pregunta: ¿Los tres Peritos arribaron a las mismas conclusiones, o tuvieron diferencias? ¿si existieron, podría decirnos cuáles fueron?
Respuesta: No tuvimos diferencias, y los tres peritos arribamos a la misma conclusión, la cual fue que la explosión que originaría severísimos daños en la Embajada de Israel, el Consulado de Israel y alrededores, se produjo en el interior de la Embajada y que la misma no fue causada por un coche bomba.”
Y tuvieron tiempo para refutar las pericias oficiales y las interpretaciones conspirativas que circularon.
"Yo he mostrado acá dos fotografías donde aparece una grúa que entró en el lugar al anochecer de ese primer día. Allí vemos que en la posición que da para el cráter el informe de Gendarmería Nacional tenemos ubicada una grúa, con un peso de muchas toneladas, sobre un pavimento que está totalmente liso..."
Además, tenemos otra cosa más. Nosotros hemos pedido un informe a Aguas Argentinas , mejor dicho: lo pidió la Corte por solicitud nuestra. Y nos han informado que con 80 centímetros de tapada y 80 centímetros hacia afuera de la línea municipal - la tapada es del plano de la vereda hacia abajo - tenemos ubicado un caño de un material frágil, de hierro fundido...Entonces, de acuerdo con la posición del cráter, no es admisible que ese caño no se haya destruído completamente en el momento de la explosión..."
 “También tenemos, con respecto a esto del cráter, otra cosa que es sugestiva. Quisiera hacer un comentario particular sobre una apreciación del señor perito de la Gendarmería, que dice que no se puede hacer un cráter si no es con una explosión. La ciudad de Buenos Aires está llena de cráteres y no hay explosiones todos los días. Entonces, eso desvirtúa totalmente esa hipótesis. Con un pico es perfectamente posible hacer un cráter en unos minutos... Por otra parte, esto está avalado por la muy baja resistencia que tiene el hormigón en esa zona, de acuerdo con los mismos ensayos que presentaron esta mañana, que en algunos casos no alcanzan los 10 megapascales."
Y cuando les preguntaron cual era  la posición de los peritos con relación a "lo que ha informado el perito de Gendarmería respecto de que se mantuvo indemne el sótano de la Embajada, que estaba abajo - supuestamente - o hubiera estado abajo, de donde se produjo la explosión” De haberse producida adentro, como afirman los peritos ingenieros.  Al respecto resulta muy interesante la contestación del Ingeniero Puppo:
"Le agradezco que me lo recuerde, porque era un tema que quería exponer y lo había dejado de lado. El sótano está ubicado en la parte posterior de la Embajada, en una zona cercana más al Consulado. Es decir, donde empieza el techo a dos aguas, en la parte de atrás está el sótano. O sea, que no hay sótano donde presumimos que estaba el centro de la explosión . En realidad, no había , para decirlo en términos más reales."
Esto da por tierra con ligeras pero muy difundidas acusaciones indicando que la embajada tenía un arsenal en su sótano.
No obstante esto, el gobierno israelí salió inmediatamente a descalificar y a negar las conclusiones de esta pericia. Las razones eran evidentes. Si la explosión fue adentro, hubo una falla en el sistema de seguridad de la embajada, considerando especialmente que a la sazón estaban en obras y entraban y salían obreros y materiales. Pero, de todas maneras, guardaron luego un discreto silencio y trataron de poner un manto de preterición sobre este tema.
Tema que ahora ha logrado volver a tener cierta vigencia por las circunstancias político - policiales que atraviesa el país.
Lo curioso fue como la  Corte aceptó por buena la tesis de la explosión externa a pesar de lo abrumador de los elementos que indicaban otra cosa.
Cabe pensar que se trató de una decisión política, inducida por el poder ejecutivo, a cuyas sugerencias la mayoría de los miembros de dicha Corte se mostraba permeable.
Y seguramente, de esa manera, evitar una confrontación con el estado de Israel e indirectamente con Estados Unidos.


jueves, 1 de septiembre de 2016

LOS BANCOS Y EL FABRICANTE DE MAMADERAS

Confieso mi enorme respeto intelectual por Juan Carlos de Pablo. Y la gran simpatía que me produce su forma de ser. "Seria pero no solemne"
Esto me lleva a comentar su exégesis sobre una advertencia que, por abuso de posición dominante, le hiciera a los bancos el organismo público que trata de evitar prácticas comerciales desleales.
Por lo que pude interpretar, dado que no siempre es fácil entender todas las palabras que pronuncia y dada la mala calidad del sonido del televisor en que lo escuché, entendí que no estaba de acuerdo con esta advertencia.
Para fundar su crítica, recomendó prudencia en la interpretación de estos temas, para no confundir "posición dominante" con "éxito comercial."
De acuerdo. Si un señor que fabrica mamaderas logra dominar el mercado debido  a la notable calidad de su producto, que además hace que los niños automáticamente dejen de llorar cuando las ven, la sociedad debería premiarlo y no andar averiguando que porción del mercado de las mamaderas domina.
Pero cuando un grupo de bancos, que concentran algo así como el 78% de los depósitos, dominan el mercado de las tarjetas de crédito con la marca Visa, pocas dudas caben que se trata de una "posición dominante" y no de un éxito comercial. Cuando para colmo aplican comisiones que parecen desmesuradamente superiores a las que perciben los proveedores de tarjetas de crédito de otros países. Por lo menos esto es lo que leí.
De acuerdo a la ley, la noción de "abuso de posición dominante", definición que encuadra ciertos actos o conductas anticompetitivas, no es un capricho "nac&pop".  Está tomado del artículo 86 del Tratado de Roma de la Comunidad Europea y de otros antecedentes, principalmente españoles y alemanes. Y hasta parece resultar más laxa que la ley estadounidense.
En efecto,  se admite como lícito que un mercado quede monopolizado o dominado por una única empresa, pero busca penar los abusos que dicho dominio puede originar. Como es el caso.
Para terminar, también convendría tener presente que cuando hablamos de bancos no podemos desconocer sus prontuarios. Y dejar al margen la larga, larguísima lista de actividades no solamente anticompetitivas, sino incluso ilícitas que han ensayado y siguen ensayando.
Y que mientras el fabricante de mamaderas se pasa el día rompiéndose la cabeza para mejorar aún más su producto y tomar una parte aún mas grande del mercado, los bancos se pasan el día pensando en como pueden sacarle más dinero a nuestro fabricante de mamaderas.


viernes, 12 de agosto de 2016

BREXIT

El resultado del referendum llevado a cabo en Gran Bretaña, para auscultar la opinión de sus ciudadanos sobre la conveniencia de continuar integrando la Unión Europea, tuvo un resultado negativo. Ajustadamente negativo. Pero negativo al fin. O positivo, según estaba preguntado. La mayoría prefirió irse.
Una rebelión de los viejos. Porque parece que los que votaron por marcharse tienen una edad promedio por arriba de los 50 años, mientras que la mayoría de los que votó por quedarse tienen menos de 50 años.
Y a partir de allí comenzaron a escucharse primero los estruendos y luego las  opiniones y consideraciones sobre las consecuencias de este resultado. Que además pareció un poco inesperado. No digo que lo haya sido. Solo digo que pareció. Al punto que, hasta pocas horas antes de su finalización, el desenlace prometía ser el inverso.
Los estruendos fueron los producidos, como siempre, por la economía. Por los célebres "mercados", los caballeros del billete,  que se apresuraron a tomar posiciones para no pasar un minuto sin obtener réditos.  Estruendos que, como siempre, permitió ganar dinero a los más listos y a los más descarados. Y detrás, el zapateo de los asustadizos de a pié, temiendo perder la cartera.
Las opiniones y consideraciones apresuradas, urgidas para el periodismo necesitado todos los días de  llenar espacios de información, no van a echar mucha luz sobre el tema. Y también -  salvo prudentes excepciones como la de Dante Caputo -  son apresuradas las conclusiones echadas en el desbande del campo de batalla, lanzadas desde caballos desbocados que tratan de alejarse del hecho para encontrarle  una perspectiva.
Así que no se trata de dar una opinión. Se trata de ponderar hechos para desbrozar la circunstancia. Y acercarnos a su significado con cierto rigor.
Por de pronto, si atendemos la historia, vamos a ver que Gran Bretaña se mantuvo al margen de la incipiente Union Europea. Y cuando quiso participar, su ingreso fue vetado en dos ocasiones por el engolado general de Gaulle, a la sazón presidente de Francia. Los acusó de tener mentalidad "insular y marítima". Pues mire usted.
Recién en el año 1973, una vez que don de Gaulle dejara su despacho, el primer ministro conservador Edward Heath lideró su ingreso a la nueva Europa.
Pero la historia no siguió pacíficamente, porque la vigorosa señora Tachter rechazó, en un recordado “speech”, un super estado europeo que pudiera ejercer un nuevo dominio desde Bruselas.  Speech que se transformó en la bandera de los euroescépticos.
Claro, Margaret Tachter terminó lavando platos y viendo visiones. Como nos la mostró Helen Mirren en su soberbia película. Así es la vida.
Fue la llegada de Blair, y del renovado laborismo en los años noventa, lo que  acercó al país al corazón de Europa. Pero no a aceptar, a libro cerrado, todas las reglas del club.
Porque los británicos están – o estaban - en la Unión Europea. Pero no del todo.
Resistiendo gran parte de las políticas comunes que desarrollaron los socios. Como el llamado “espacio de Schengen”, que eliminó los controles fronterizo entre los estados miembros. Además de lograr cuatro de las cláusulas denominadas opt-top, para áreas del gobierno en las que la legislación local prevalece sobre la legislación comunitaria.
Para no hablar de la más visible, que es el mantenimiento de la libra y manejar a su aire la política monetaria.
Y seguían reclamando excepciones, como el derecho que obtuvo Cameron de no abonar prestaciones sociales durante cuatro años a ciudadanos europeos que lleguen a partir de ahora a trabajar en Gran Bretaña.
Además los brítánicos…vamos, que son británicos. Y a lo mejor tienen mentalidad “insular y marítima” como decía el bueno de Marie.
El primer hecho que salta a la vista, luego del referendum, es que la vida sigue. Que la historia  no se acabó, como adelantaron algunos adelantados. Que continúa de lo más campante. Solo se  ha presionado el botón de la pausa en la Unión Europea, como opinó acertada y prudentemente mi amigo Obama.
El segundo hecho a considerar es que el llamado Brexit nada tiene que ver con las muchas crisis que, como no puede ser de otra forma,  se producen y de producirán en este experimento en proceso que es la unión de Europa. Para nada fácil..
A guisa de ejemplo, nada tienen de parecido las amenazas de Grecia de hacer las valijas. Porque el problema de Grecia es que no le quieren seguir pagando la fiesta. Mientras el problema de Gran Bretaña, es su falta de voluntad para seguir financiando festejos ajenos.
Lo positivo del Brexit es que expone los problemas. Algunos medio difíciles de solucionar, como sería poner en caja una burocracia asentada en Bruselas, con sueldos de escándalo, que pone de mal humor a todo el mundo.
Y otros muy complicados que hay que enfrentar. O sobrellevar de la mejor manera. Como la pereza de su economía o la oleada inmigratoria, atrás de la cual están las bandas de descerebrados que, en nombre de Alá o de cualquier verdura, se dedican a matar gente.

Así como los otros muchos problemas que, seguramente, planteará a diario un emprendimiento de la magnitud de la Unión Europea. Uno de las manifestaciones más notables  del anhelo de paz y bienestar del ser humano, expresada sobre los más de cincuenta millones de muertos de hace un rato.