La Corte
Suprema - en una composición anterior -
tuvo por probado que el hecho fue causado por la explosión de una carga de
pentrita y trinitrotolueno, que había sido acondicionada en la parte posterior
derecha del interior de una camioneta estacionada en la puerta de la embajada.
A raíz de las dos o tres pericias de la Policía Federal,
de la Gendarmería
y de un arquitecto independiente,
contradictorias en varios aspectos, la Corte decidió convocar a la Academia Nacional
de Ingeniería para que designe a tres peritos, con el objeto de determinar con
la mayor exactitud posible el lugar de la explosión. Así se lo anticipó
telefónicamente Moliné OConnor, vicepresidente de la Corte, al ingeniero Antonio
Marin, presidente de la Academia. Cumplidos
los pasos formales, el presidente de la Academia, con la aquiescencia de su directiva, se
avocó a escoger a los profesionales más idóneos para afrontar la tarea. Había
dos que encajaban naturalmente en el requerimiento. Los ingenieros Arturo
Bignoli, a quien podemos calificar
como "el Favaloro de las
estructuras" y Alberto Puppo,
experto en la materia y, para más, en explosivos. Encontrar el tercero requirió
más ingenio. El ingeniero Rodolfo Danessi, de la universidad de Tucumán.
En este punto voy a ser minucioso en los detalles, arriesgándome a
parecer fatigoso, porque es la parte central de esta charla
Así que teníamos a los tres expertos.
Alberto Hugo Puppo. Ingeniero civil
egresado de la Universidad
de Buenos Aires, miembro de número de la Academia Nacional
de Ingenieria y director del Instituto de Construcciones y Estructuras y de la Academia de Ingenieria de
la Provincia
de Buenos Aires. Director de la Maestría de Ingeniería
Estructural de la Escuela
de Posgrado de la
Universidad Tecnológica Nacional, profesor y decano de la Facultad de Ingenieria de
la Universidad
de Buenos Aires, investigador principal
de los programas de desarrollo tecnológico en el área del comportamiento
estructural de los materiales compuestos en la Whittaker Corporation,
Research and Development Division, en San Diego, California. Premio
Consagración Ingeniero Camilo Benito Rodríguez de la Academia de la Ingeniería de la Provincia de Buenos Aires.
Arturo Bignoli. Ingeniero civil egresado de la Universidad de Buenos
Aires, con diploma de Honor. Académico titular y ex presidente de la Academia Nacional
de Ciencias Exactas, Física y Naturales.
Académico titular de la Academia Nacional de Ingeniería y desde 2010
Presidente Honorario. Profesor titular de Estabilidad en la Facultad de Ingeniería de
la Universidad
de Buenos Aires. Profesor titular de "Resistencia de materiales.
2do.Curso" en la
Facultad de Ciencias Fisicomatemáticas de la Universidad de la Plata. Rector de la Universidad Austral.
Premio Buge y Born "Ingeniería" del año 1976. Premio centenario Ing.
Enrique Butty del Centro Argentino de Ingenieros, año 1988. Premio “La Ingeniería” del Centro
Argentino de Ingenieros, año 1996. En 1985 publica "Introducción al
cálculo de la confiabilidad de la estructuras civiles" que mereció el
Primer Premio Nacional de Ingeniería en 1986. Introdujo con él el tema en
nuestro medio en cursos de postgrado. Member of Editorial
International Board of "Engineering Structures"
Butterworth-Heinemann”.
Ha dictado clases en las universidades de Bologna, Padua, Roma, de
L'Aquila, Cataluña, Venecia, Bristol en Gran Bretaña, Chile, Montevideo,
Innsbruck en Austria. Tiene mas de 214 trabajos y publicaciones sobre la materia.
Ha trabajado en la ingenieria de detalle en la Central Nuclear
Atucha I, Atucha II, en el control de la ingenieria de detalle en el complejo
ferrovial Zarate- Brazo Largo y en la ingenieria de detalle del proyecto
ejecutivo del Complejo Hidroeléctrico Yacyretá.
Rodolfo Francisco Danessi. Ingeniero en Construcciones egresado de la Universidad Nacional
de Tucumán. Magíster en Ciencias de la Rutgers The State
University , Estados Unidos. Doctor en Ingeniería de la University of London,
Inglaterra. Profesor titular de Mecánica Estructural en la Universidad Nacional
de Tucumán. Académico de número de la Academia Nacional
de Ingeniería. Investigador principal del CONICET. Presidente de la Comisión Asesora
de Ingeniería y Tecnológica del CONICET. Premio Internacional "Thomas
Telfort 1983" , para muchos un
reconocimiento equivalente al premio Nobel en el ámbito de la Ingeniería. Tiene
muchísimas publicaciones sobre su materia en revistas especializadas.
Y estos tres profesionales que,
además de saber algo de esto, son personas honorables y sin ningún
interés mediático o personal, cumplieron
el cometido encargado por la
Corte.
Y establecieron que la explosión se produjo en el interior de la
embajada.
El día 15 de mayo de 1997 se
hicieron presentes en la Sala
de Audiencias de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, los integrantes de
dicho cuerpo, con la excepción del Dr. Fayt, ausente por razones de salud, otras autoridades judiciales, representantes
de la parte querellante, así como " los señores peritos de Gendarmería
Nacional, segundo comandante perito (R.V.) Osvaldo Laborda, comandante
principal de pericias, ingeniero químico Osvaldo Farré, comandante principal de
pericias, licenciado en química Mario Alfredo Galia , los señores peritos de la Policía Federal,
Comisario Carlos Néstor López, Subcomisario Raúl Arbor y Principal Daniel
Roberto Seara, señores peritos ingenieros, ingeniero doctor Rodolfo Danessi ,
ingeniero civil Alberto Hugo Puppo e ingeniero civil Arturo Bignoli."
Curiosamente, no asistió el experto israelí Yacok Levi, no obstante haber
sido invitado y, a pedido de la parte querellante, la audiencia no fue abierta
al público.
Los peritos oficiales comenzaron a desgranar sus teorías, contradictorias
entre ellas en algunos aspectos, que ya habían sido profusamente difundidas en
los medios por las declaraciones de los propios profesionales. No se conocen
los antecedentes académicos del comandante Laborda ni de los peritos
policiales. Y las incumbencias del ingeniero químico Osvaldo Farré y comandante
principal de pericias, licenciado en química Mario Alfredo Galia, son
claramente ajenas al tema en cuestión.
Vale la pena leer las actas de esa audiencia para poder apreciar el
conocimiento y, por ende, la claridad y contundencia de la pericia de los
ingenieros designados por la
Academia. Yo solo les voy a leer la respuesta a la pregunta
casi final de la Corte:
“Trabajaron de manera conjunta? ¿Emplearon los mismos métodos de
investigación?”
Respuesta del ingeniero Danessi, que antes había explicado que contó con
la colaboración del Laboratorio de Estructuras de la Universidad de
Tucumán. En este laboratorio, que es un centro de investigación y postgrado,
existe un grupo que trabaja en mecánica computacional, que está integrado por
un conjunto de investigadores que no solo son ingenieros civiles sino que, más
aún, tienen estudios de postgrado realizados en el país y en el extranjero, con
grados académicos de master en ingeniería estructural y doctor en ingeniería.
El grupo está encabezado por el doctor Guillermo Etse, que lo acompañaba en esos momentos.
“Decidimos trabajar de manera independiente, empleando métodos
diferentes, cálculos diferentes y realizando estudios diferentes. El ingeniero
Bignoli utilizó probabilidades físico-matemáticas, el Ingeniero Puppo mecánica
estructural clásica, y nosotros utilizamos la simulación computacional, que en
ese entonces fue una primicia en Argentina por lo novedoso, existiendo avances
solo en los EEUU e Inglaterra. Este método elegido nos permitió obtener un alto
grado de precisión, a tal punto, que pudimos indicar el lugar más probable en
el cual estuvo la carga explosiva al momento de detonar. Cabe aclarar que este
método y las conclusiones a las cuales nos fue posible arribar por su
implementación, nos significaron inclusive reconocimientos desde los EEUU y
Francia.
Pregunta: ¿Los tres Peritos arribaron a las mismas conclusiones, o
tuvieron diferencias? ¿si existieron, podría decirnos cuáles fueron?
Respuesta: No tuvimos diferencias, y los tres peritos arribamos a la
misma conclusión, la cual fue que la explosión que originaría severísimos daños
en la Embajada
de Israel, el Consulado de Israel y alrededores, se produjo en el interior de la Embajada y que la misma
no fue causada por un coche bomba.”
Y tuvieron tiempo para refutar las pericias oficiales y las
interpretaciones conspirativas que circularon.
"Yo he mostrado acá dos fotografías donde aparece una grúa que entró
en el lugar al anochecer de ese primer día. Allí vemos que en la posición que
da para el cráter el informe de Gendarmería Nacional tenemos ubicada una grúa,
con un peso de muchas toneladas, sobre un pavimento que está totalmente
liso..."
Además, tenemos otra cosa más. Nosotros hemos pedido un informe a Aguas
Argentinas , mejor dicho: lo pidió la
Corte por solicitud nuestra. Y nos han informado que con 80 centímetros de
tapada y 80
centímetros hacia afuera de la línea municipal - la
tapada es del plano de la vereda hacia abajo - tenemos ubicado un caño de un
material frágil, de hierro fundido...Entonces, de acuerdo con la posición del
cráter, no es admisible que ese caño no se haya destruído completamente en el
momento de la explosión..."
“También tenemos, con respecto a
esto del cráter, otra cosa que es sugestiva. Quisiera hacer un comentario
particular sobre una apreciación del señor perito de la Gendarmería, que dice
que no se puede hacer un cráter si no es con una explosión. La ciudad de Buenos
Aires está llena de cráteres y no hay explosiones todos los días. Entonces, eso
desvirtúa totalmente esa hipótesis. Con un pico es perfectamente posible hacer
un cráter en unos minutos... Por otra parte, esto está avalado por la muy baja
resistencia que tiene el hormigón en esa zona, de acuerdo con los mismos
ensayos que presentaron esta mañana, que en algunos casos no alcanzan los 10
megapascales."
Y cuando les preguntaron cual era
la posición de los peritos con relación a "lo que ha informado el
perito de Gendarmería respecto de que se mantuvo indemne el sótano de la Embajada, que estaba
abajo - supuestamente - o hubiera estado abajo, de donde se produjo la
explosión” De haberse producida adentro, como afirman los peritos
ingenieros. Al respecto resulta muy
interesante la contestación del Ingeniero Puppo:
"Le agradezco que me lo recuerde, porque era un tema que quería
exponer y lo había dejado de lado. El sótano está ubicado en la parte posterior
de la Embajada,
en una zona cercana más al Consulado. Es decir, donde empieza el techo a dos
aguas, en la parte de atrás está el sótano. O sea, que no hay sótano donde
presumimos que estaba el centro de la explosión . En realidad, no había , para
decirlo en términos más reales."
Esto da por tierra con ligeras pero muy difundidas acusaciones indicando
que la embajada tenía un arsenal en su sótano.
No obstante esto, el gobierno israelí salió inmediatamente a descalificar
y a negar las conclusiones de esta pericia. Las razones eran evidentes. Si la
explosión fue adentro, hubo una falla en el sistema de seguridad de la
embajada, considerando especialmente que a la sazón estaban en obras y entraban
y salían obreros y materiales. Pero, de todas maneras, guardaron luego un
discreto silencio y trataron de poner un manto de preterición sobre este tema.
Tema que ahora ha logrado volver a tener cierta vigencia por las
circunstancias político - policiales que atraviesa el país.
Lo curioso fue como la Corte aceptó por buena la
tesis de la explosión externa a pesar de lo abrumador de los elementos que
indicaban otra cosa.
Cabe pensar que se trató de una decisión política, inducida por el poder
ejecutivo, a cuyas sugerencias la mayoría de los miembros de dicha Corte se
mostraba permeable.
Y seguramente, de esa manera, evitar una confrontación con el estado de
Israel e indirectamente con Estados Unidos.