Los recientes y parece que todavía vigentes cimbronazos
financieros, le han dado tema a una multiplicidad de programas de
televisión. Acostumbrados los argentinos a vivir en la coyuntura, sin pasado
reconocible ni futuro previsible, este episodio resultó magnífico para que un
conjunto de opinadores seriales muestren sus creeres sobre las causas y
consecuencias de episodio tan preocupante.
Y nadie quiere quedarse al margen de tan estupenda
oportunidad de sobresalir. Aunque carezcan de las incumbencias
necesarias para, no ya opinar sobre el particular, sino para entender de que va
la cosa.
Porque la jauría está
integrada no solo por periodistas en serio, los casi ningunos, sino por todo
aquel que logra tener un cacho de pantalla. Ya sea locutores, entusiastas animadores
y animadoras , los siempre presentes expertos, llámense politólogos, cronistas policiales,
peritos en todas las ciencias o en lo que sea, encuestadores que pareciera que viven en la calle
preguntando, los que quieren sobresalir, destacarse como el más vivo
sin saber que están haciendo del más
tonto, conductores de programas múltiples, la mayoría cronistas de
futbol reciclados. En fin, toda la fauna que abate la televisión local,
tan bien calificada por Gerard Depardieu como pornográfica. Para el que se queda
corto en entenderlo, por mala, no textualmente por mostrar gentes amontonadas
en poses voluptuosas.
Hace horas nomás, todos
estos muchachos y muchachas estaban
dictando cátedra sobre el aborto. Tema que han abandonado de urgencia para
caerle a este.
Y todos han llegado a la
conclusión que los miembros del gabinete del presidente Macri no tienen la
preparación necesaria para acometer la tarea encomendada. Que además les falta
“cintura” política para la faena.
Claro que alguna razón tendrán. Porque el presidente
del Banco Central apenas es una rata de las bibliotecas de Universidad Nacional
de La Plata donde se recibió, de la biblioteca del MIT, donde
se doctoró y de la de Harvard,
donde enseñó.
Y el ministro de Hacienda, solo fatigó
las bibliotecas de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de California. Y de la Universidad Torcuato Di Tella para hacer su doctorado.
Así que alguna razón habrá que darle al que
se destacó como el relator de la campaña de Boca Juniors por radio Mitre.
O a quien tiene como antecedente haber
sido reportero del programa Indiscreciones.
O a los que comenzaron sus largas trayectorias en el periodismo
deportivo, como reporteros y comentaristas de partidos de futbol.
O a la comenzó su rutilante carrera mostrando el culo.
En fin, a todos los recibidos en la universidad de la calle, que
nos ofrecen esa sabiduría tan argentina.
Pero no hay que alarmarse. Muy pronto todo el pelotón cambiará de
tema y abordará el campeonato mundial de pelota pronto a comenzar en Rusia.
Y de resultar ganador el equipo argentino, las pantallas se
inundarán de alegrías y de reconocimientos. Que nos permitirá comprender finalmente
lo magnífico de este país, casi el mejor del mundo, que no puede llegar a su
cenit por culpa de Estados Unidos y el
FMI. Y de Domingo Cavallo naturalmente.
Y los ganadores de tan magno evento serán convocados a las
pantallas de televisión para explicar, con su verba intermitente, si está bien
o mal abortar y porque sube el dólar.
Claro que si la fortuna no los acompaña y resultan eliminados, las
consideraciones serán otras.
Nuestros expertos en todo le caerán a los referis, a los jugadores,
al director técnico. Y sobre todo a Messi, que será calificado de pecho frío.
Y finalmente al principal responsable, al presidente Macri, cuya
falta de cintura política y su pobre personalidad le impidió influir en el
nombramiento de un director técnico como la gente, que llevara a nuestra
selección por senderos más venturosos.
Bueno, al fin y al cabo, no es más que un ingeniero.