Dicen que un pesimista es un optimista bien informado. Y como soy irreverentemente optimista, voy a repasar la información con que cuento para saber si lo sigo siendo. O si a la luz de esa información paso a integrar el equipo de los pesimistas.
Porque por cierto que optimistas los hay muchos. Y parece que nadie se cansa de repetir las fantásticas posibilidades que tiene la Argentina. Hasta al punto de afirmar que “está condenada al éxito”. Solo bastarían algunos retoques, “políticas de estado” y algún otro “service” para lograr esa maravilla que nos cuentan.
Cabe una pregunta. Se condice la información con la que contamos con esta alegría futurista que embarga a muchos conciudadanos? Menuda pregunta, por cierto. Cuya respuesta depende de cuáles son los temas a los que cada uno le da prioridad.
Así que yo voy a elegir los míos. No antojadizamente. Sino de acuerdo a la información con que cuento.
Y comienzo por la que me da Barack Obama. Y que nos dice don Obama cada vez que puede hablar de algo que no sea la crisis económica? Que el problema de su país es la educación. Que se necesita más educación, mas ingenieros, para que Estados Unidos continúe siendo el “number one”.
Caramba. Y que piensan los chinos? Parece que lo mismo, porque atosigan de estudiantes las universidades americanas. Y con gran éxito, para colmo.
Y en la prueba de PISA (Program for International Student Assessment) los estudiantes de Shanghai obtuvieron el puntaje más alto en comprensión de textos. Seguidos por los de Corea del Sur, Finlandia, Hong Kong y Singapur.
Vale la pena explicar que el test Pisa mide el nivel de competencia internacional de los estudiantes de 15 años, en más de 60 países, en la comprensión de textos, matemática y ciencias. Y que es la medición más reconocida del mundo de la calidad educativa de cada país.
Claro, en Finlandia el sistema educativo es público y gratuito hasta el doctorado en la universidad. Y los maestros son egresados universitarios. Así un maestro de primaria requiere seis años de carrera en la universidad. Y como curiosidad, en Singapur los billetes tienen fotos de universidades y profesores.
Se ve que todos están muy preocupados por la educación. Al punto que el secretario de educación de Estados Unidos dijo que el mediocre puesto número 17 de los estudiantes estadounidenses en el test debería ser un masivo llamado de alerta para todo el país.
Y hay más países preocupados. Como Alemania, por caso, que parece tener graves problemas….alemanes.
Y que hay de los vecinos? El presidente de México Felipe Calderón celebró que su país “no solo logró sino que rebasó la meta que nos habíamos propuesto” en comprensión de textos y matemática. Y el ministro de educación del Perú también celebró al constatar que el puntaje obtenido por sus estudiantes fue superior al de diez años atrás.
Y siguiendo en el barrio, lo más esperanzador es Chile. Allí la gente sale a la calle masivamente para protestar por los problemas que presenta la educación. No porque no haya mejorado notablemente en todos sus niveles. Hoy en el test de PISA está por arriba de todos sus vecinos. Y dos de sus universidades – la de Chile y la Católica – han superado a todas las demás de Latinoamérica, con excepción de la autónoma de México y de un pelotón de universidades brasileras.
El problema parece pasar por un sistema de corte elitista y poco innovador sobre el que ya han llamado la atención muchos especialistas. Y sobre lo que se viene discutiendo desde hace ya tiempo.
Pero también tenemos información sobre los sistemas de educación superior. La ARWU ( Academic Ranking of World Universities) mide todos los años más de mil universidades de todo el mundo. En el listado del 2010 la Universidad de Buenos Aires está ubicada entre la 150 y 200.
También tenemos The World University Ranking donde la UBA no está incluida dentro de las primeras doscientas.
Y también tenemos el QS Top Universities del año 2011 donde la UBA está ubicada en el puesto 270.
Claro que – vaya novedad - no faltan las voces que le quitan relevancia a estas mediciones. Nos cuentan que estos rankings están armados de acuerdo a los intereses de las universidades de los países centrales.
A la basura con los rankings. Se ve que todo el mundo está complotado contra nosotros.
Así que vamos a analizarlos por otro lado.
Por lo que yo sé - a menos que también haya sido engañado por los dueños del poder - la universidad de Buenos Aires era, tiempo atrás, una relevante casa de estudios. Por cierto que en Latinoamérica era una universidad señera. Donde enseñaban premios nóbeles como Bernardo Houssay o Luis Federico Leloir o Cesar Milstein hasta que el gobierno peronista o los golpes de estado los dejo sin cátedra o los obligó a irse a trabajar al extranjero.
Y científicos eminentes como Luis Agote entre otros. Para los que no están enterados, Agote y el belga Albert Hustin fueron los primeros en realizar transfusiones de sangre indirectas.
Y hoy en día, esta universidad que fue, es superada en todos los rankings por varias universidades brasileras, la universidad autónoma de México y dos universidades chilenas. La Católica y la de Chile. Y si particularizamos el ranking por temas enseñados, vamos a ver que así como en las carreras de ingeniería eléctrica y electrónica la UBA aparece dentro del grupo que va del 51 al 100, en la carrera de medicina no solo es superada por universidades de China, Corea, Tailandia , Taiwan o Singapur, sino que también lo es por las brasileras, chilenas, mexicanas y hasta colombiana y costarricense. Y no estamos hablando de países centrales, dicho esto con todo respeto por Colombia Y Costa Rica.
Así que el tema no es adonde estamos sino de que lugar venimos y a que lugar vamos.
Y cuando vemos el test Pisa en el rubro comprensión de textos, apreciamos que los estudiantes argentinos ocuparon el puesto número 58, por detrás de Chile (puesto 44) , Uruguay (47), México (48), Colombia (52) Brasil (53). Solo Panamá y Perú obtuvieron un puntaje menor al argentino.
E inmediatamente recordamos que nuestro país supo tener un sistema educativo universal modelo por muchos años.
Ante este notable retroceso, el comentario del ministro argentino – según los periódicos –fue que los tests Pisa fueron concebidos por los países ricos para una realidad que no es la nuestra, agregando – siempre según los diarios – que el gobierno está en conversaciones con otros países latinoamericanos para crear un examen regional y sugirió que la Argentina podría dejar de participar en los mismos.
Supongo – o quiero suponer – que el periodista malinterpretó los dichos del ministro. Incluso hasta de mala fe.
De haberlos recogido con fidelidad, quedarían dos conclusiones. La primera es que son ciertos. Y la segunda es que estamos en el horno.
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